El amanecer, lindo manto cromático coqueteaba con mis ojos de cera ateridos
mi trasparencia limpida se refugió otra vez en el cuerpo, caja fuerte que guarda experiencia
desperté entre lienzos de azúcar en manos cándidas que confeccionaban una bufanda para que el frio soportara sus propias inclemencias
las silabas en polvo vitamínico nutrieron con leche descremada y un poco de jalea lo esperado que casi siempre es la ruleta averiada
en el umbral de la puerta mi aura como corto circuito se le entregó al mundo, se dilapido a todos los rincones de vida, menos a su hogar, mal augurio
huyo de mí y me dejó como maldito compañero a un vagabundo que sacia sus frustraciones con licor temeroso en descuento
un tipo inútil que vive porque yo dejo que a cucharadas soperas me alimenté, tenias que llamarte pesimismo
siento como si hubiera tenido una discusión acalorada sin sentido con todos los tripulantes de esta gran jaula llamada tierra
siento un virus destructivo que carcome ideas y templazas, ha devorado el mapa que con tanto ahincó tracé para llegar al oasis de enigmas no revelados
en este día no me saldrá nada, estoy rociado con la peste del infortunio, he colisionado con una muralla invisible infranqueable
tan resistente como la fuerza de voluntad del ser humano, tan delicada como la apariencia del mismo viento
es terrible, ahorcó con mi propia soga la gallardía que cargue en la víspera
esperar el mañana única ilusión que mengua revolcada en las aguas turbias, mas no muere
el filo de la espada se desgasta ante un mal dia pero aun ajada puede cortar lo que quiera
es el consuelo al que me aferro pero estoy muy frágil, muy lánguido para desenvainarla
no me queda más que beber el jugo amargo del limón en la copa de mi existencia, hacer ademanes y pucheros al fin y al cabo este ha sido su dia para que se jacten.