jueves, 31 de enero de 2013

Paciencia efervescente







Te deshaces por encontrar el hilo
que te lleve a lo que imaginaste.

Un código de barras con tus sueños,
guarda conceptos de tu esencia.
Y te ve, moverte entre pánico,
a manchas de sudor de convicción,
cincelando los sismos de la intriga.

Abandonarse es una opción,
la meta está lejos.
Andar para atrás es sinónimo
de derrota burlesca,
avanzar de rodillas…
arrastrándote;
cargando atroz,
el peso de generaciones pasadas,
con los pies desgajados,
arrugados por la furia del dolor,
reviviendo tecatas secas,
es dignidad obligatoria
que el árbol genealógico te pide.

Es cierto, la carga es al cuadrado,
la sílfide que sostenía
el peso del pilar contigo,
se fue a construir
uno más arquitectónico,
ideas tan discutidas que separan,
te dijo que algún día volvería
pero tú no le dijiste que la esperarías.

Tu camisa blanca asusta,
hay trazos de insolencia
en las mangas raidas,
arapos arrastrados,
semejantes al metal en fricción,
asustan sueños puros.


¿Y que?
¿Te crees el único ser que padece?
no, no lo eres, ni estás cerca de serlo.

Desgarra el chirrido de la tribulación
¡y óyete!, por vez primera ¡óyete!
y escucha solo lo que tú puedes escuchar,
ahora mismo estás con tu primer enemigo,
el “yo” que todo lo cuestiona y detiene,
dile que has dejado de ser él,
y te has convertido en ti,
que no admites calaña malsana,
que tu casa, es tu casa
que junte sus maletas irónicas
y que te diga en donde quiere la patada,
porque será corrido con categoría.

Solo tú decides,
ya no juegues las cartas al azar,
si tienes el as en tus manos.
Para que subastas,
lo que ya compraste caro,
usa todo lo que lleves dentro,
no  despojes tus experiencias,
utiliza los miedos para deshacer limites,
por algo viniste,
¡Deja algo, deja algo!
que los demás agradezcan.

El ser que nació para cambiar,
el ser que nació preocupado
y sereno morirá.








martes, 1 de enero de 2013

Zócalo de tu ingenio







Lidian fugas de anís
en la sátira de mis inventos;
lectura prosaica
reservada al sentido común.

Trenes desprovistos de rieles
hurgan arena,
manipulados a tus odas creativas;
hamaca rula plácida.

la escuálida voz
se desvanece al primer diptongo
es puerta abierta a los hechos,
actuar para encubrir sonidos.

Convivir contigo,
desgasta cualquier éter bruno,
mi sombra es un pedazo luminoso,
extirpado de una quimera diurna,
traída a mí por tu ablución bocal.

El musgo empedernido,
de mis vellos mohínos
retiraste a pulso minucioso
con yemas de satén.

Y fui el zócalo de tu ingenio,
el muerto de tu resurrección,
levadura auspiciada rozagante
que en tus sueños se esponja.

Basta decirte que no basta
ser feliz en la encrucijada diaria
si tú estas triste.

Cuando lo estás me gustaría
ser el edredón que envuelva tus cuitas,
me gustaría enjugar tus caudales
en mi pecho árido.

Vivir la realidad y disfrutarla,
solo puede hacerlo la fantasía
y tú eres, ese sitio paralelo
en el que me refugio.

Musitar esferas incoloras
ingráciles, sin espíritu
y regresarme secretillos fucsia
no lo cambio por nada.