La cucaracha no quería
ensuciar
la cocina impecable de olor
frambuesa;
platillos suculentos evitó ansiar,
hallabasé contra su
naturaleza.
Deseaba ganar confianza de
alteza.
¡Ser auxiliar de cocinera
ejemplar!
para ayudar salió veloz a la
mesa,
los postres con sus antenas
decorar.
Pavor causó su animalidad
expuesta,
le aventaron y en seguida le
pisaron.
¡Otra vez la apariencia ganó la apuesta!