Y si olvidas los recuerdos por fortuna
A la mar tendrás que echar este escrito
Y si olvidas el nombre del cielo o la luna
Imposible, impensable, no recordar a omarcito
Te conocí un domingo de lo más común
el viento jugaba a ser el mismo de siempre
las horas corrían en su maratón eterno,
el girasol secuestrado por la curiosidad
una vez más, cayó en lo suculento de observar al sol.
Y yo me levanté sin pie izquierdo ni derecho
más bien con el corazón centrado
en mi despacio caminar alimentaba a la acera
con los últimos versos que en sueños escribí.
Diez meses de conocerla, un respiro
una amistad rosa con tintes azules del cielo
la cotización de la palabra “yayi” no valía ni una pulsación
mucho menos que añadiera a mi vida un río dulce espumoso
con sabores cruzados de menta venturosa y canela agitada.
Ahora vales lo que mi pobre mente no alcanza a imaginar
recuerda que es mucho, muchísimo.
Tanto que ni siquiera esta humilde hoja puede expresarlo
pero bastante expresa con su falta de expresión.
Ahora vales lo que mi pobre mente no alcanza a imaginar
recuerda que es mucho, muchísimo.
Tanto que ni siquiera esta humilde hoja puede expresarlo
pero bastante expresa con su falta de expresión.
Mi amiga yayi tiene un corazón que ni ella misma conoce
sus sentimientos son mas cálidos que el punto de ebullición
su sonrisa raramente se borra, día a día la marca
así como marcó mi vida, así como se puede alejar
y me demuestra que su gran fortaleza viene de Dios mismo.
Bonito poema Omaaar!
ResponderEliminarNo había podido entrar antes al blog porque andaba liada con la universidad! U.U
gracias por tu último comentario. Me alegra que te haya gustado mi entrada. Te dejé un premio en mi blog! ;)
poema muy sencillo,muy bien estructurado,que te envuelve.
ResponderEliminarun saludo.